viernes, 29 de marzo de 2024

Salen a la luz los diarios inéditos de Brenan sobre su amor con Dora Carrington

El albacea de Gerard Brenan publica un diario inédito en el que se relata los pormenores del amor imposible entre el británico y la artista Dora Carrington

gerald breananLos diarios inéditos que Gerald Brenan escribió en Londres y Yegen entre 1925 y 1932 sobre su amor con la pintora Dora Carrington han salido a la luz, en una edición del albacea de su legado literario, Carlos Pranger, para el sello almeriense Confluencias.

Diarios sobre Dora Carrington y otros escritos (1925-1932)es el título con el que Carlos Pranger ha reunido estos diarios que «relatan el intenso romance que vivieron Gerald Brenan y la pintora», explica.

Una relación que se inició en 1919, «Brenan se enamoró al instante; ella se sintió atraída, pero con reservas», añade el albacea del legado del hispanista.

No fue hasta 1921, en Yegen, cuando cristalizó en una historia de amor de tintes trágicos, porque Dora por aquel entonces estaba casada con el mejor amigo de Brenan, Ralph Partridge, y ambos vivían con el auténtico amor platónico de ella, el escritor homosexual Lytton Strachey, relata Pranger.

Aquello fue «un triángulo, un cuadro amoroso en pleno corazón de los intelectuales de Bloomsbury, un grupo que pregonaba el racionalismo en las relaciones humanas, aunque Brenan era lo contrario, todo pasión, obsesión, neurótico».

Los diarios que ahora se publican recogen los últimos y complejos años de esa peculiar relación y narran la vuelta de Brenan a Londres, su intento de convertirse en escritor y su obsesión por Carrington.

«La pintora poseía una extraña virtud, todo aquel que leía sus cartas -y ellos intercambiaron cientos de ellas-acababa enamorado perdidamente de ella; son muchos los pasajes de estos diarios en los que el enamorado Brenan pierde los nervios, se derrumba, se convierte en un tipo patético por amor», según Pranger.

La edición mantiene el diario intacto porque Pranger tiene la intuición de que «Brenan quería que fuese así», por lo que explica: «Es más, creo que su primera intención fue publicar un libro dedicado por completo a la figura de Carrington, capital durante quince años de su vida, y un fantasma que le acompañó y determinó su vida sentimental hasta el fin de sus días».

Diarios sobre Dora Carrington y otros escritos (1925-1932) consta de dos partes: la primera es el diario puro acerca de la vuelta a Londres, sobre el ambiente bohemio de la época, sobre el reencuentro con Dora, y es completamente inédito, y la segunda parte, bastante más elaborada, es material en bruto que Brenan utilizó en el segundo volumen de su autobiografía, Memoria personal.

Ambas partes están intercaladas con cartas que Brenan «envió o no a todos los participantes de esta singular puesta en escena, de esta obra de teatro epistolar», dice Pranger en alusión al triángulo amoroso y a otros amigos del grupo de Bloomsbury.

«Tras la muerte de Lytton Strachey, Carrington se suicida de un escopetazo en el costado, buscaba el corazón, pero no acertó. Murió de manera trágica, con dolor, con mucho sufrimiento», ha recordado Pranger.

Los originales de estos textos se conservan en el Archivo Español de Gerald Brenan (AEGB) que el escritor inglés legó a la familia de Carlos Pranger a su muerte en 1987, cuando nombró a la madre de Pranger, Lynda Nicholson, albacea testamentaria y literaria.

Desde la muerte de Lynda Nicholson, Pranger, que comenzó a trabajar sobre Brenan en el año 2002, ejerce como albacea del legado literario de Brenan, con la intención difundirlo.

El archivo consta de textos diversos, diarios, cartas, obras de teatro, ensayo, fotografías, y hasta ahora se han publicado La copla popular españolaEl señor del castillo y su prisionero, y el año próximo está previsto publicar su poesía.

Gerald Brenan (1886-1987), fue autor de obras esenciales sobre la España contemporánea como El laberinto españolLa faz de España o Al sur de Granada, y es considerado uno de los hispanistas más importantes del siglo pasado.

Su vida, erudita y bohemia, gravitó entre dos mundos contrapuestos, la Inglaterra conservadora de principios del siglo XX y el descubrimiento de España y Andalucía, en cuyas Alpujarras eligió el lugar de su exilio voluntario, su tierra de adopción.

Fuentes: ideal.es y granadahoy.com


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